RUMORES: La UE prohibe reparaciones en coches antiguos
La Comisión Europea ha propuesto poner en marcha una medida por la que prohibiría que repares tu coche antiguo de bajo valor. Un rumor que se ha extendido y que, incluso, en algunos casos se ha transformado en una noticia alarmista en la que se asegura que la Unión Europea (UE) va a prohibir reparar los coches.
En este sentido, desde la Comisión Europea han desmentido estas informaciones que se han publicado con carácter alarmista a través de la red social X (antiguo Twitter): “Desde la oficina de la Comisión Europea en España queremos desmentir esta información que está circulando por redes sociales. No, la propuesta de la Comisión no impedirá reparar o cambiar los motores de los coches cuando sea necesario». Analizamos cuál es la realidad de este asunto y qué es lo que verdaderamente plantea la UE.
Qué propone la UE en relación a la reparación de un coche antiguo
El 13 de julio de 2023, la Comisión Europea propuso una medida que consistiría en que cuando el propietario de un coche antiguo quisiera venderlo o repararlo habría que valorar si ese automóvil está ya al final de su vida útil. En caso de que así fuera, el vehículo no podría repararse ni venderse ya que se consideraría que está fuera de uso y debería ser tratado como un residuo.
¿Qué quiere decir que un vehículo se encuentra al final de su vida útil? Se trata de coches de cierta antigüedad (se ha hablado de, por al menos, más de 15 años), y que tengan un elevado kilometraje. Si el vehículo cumpliera estas premisas se consideraría que está cerca del final de su vida útil y, para evitar que siga circulando, se prohibiría que se le realizaran reparaciones importantes.
¿Cuáles son las reparaciones que la UE considera como importantes? La Comisión Europea ha indicado que se trataría de operaciones como la sustitución del motor, de la caja de cambios, de determinadas piezas de la carrocería… En definitiva, reparaciones cuyo coste supere el valor residual del vehículo.
Además, esta norma también afectaría a los coches antiguos que hayan sido desmantelados (estén desmontados), que hayan sido víctimas de incendios, que hayan sufrido inundaciones, o a los vehículos con graves problemas de corrosión, de suspensión o de frenos, que podrían afectar gravemente a la seguridad y, por lo tanto, cuya puesta en circulación podría considerarse un peligro.
